Hoy casi no hay horas en el día para todo lo que tenemos previsto hacer, así que nos hemos levantado a las 6 de la mañana. Lo primero, por supuesto, ha sido comernos los huevos de rigor, acompañados de un té con leche para desayunar. Hoy he sido más comedido que de costumbre.
Después de tomar fuerzas para pasar este ajetreado día, ha venido a buscarnos Buddha junto a otro guía local. Con ellos hemos ido a buscar la canoa que nos llevará durante algo más de una hora río abajo. Hemos tenido que compartir la canoa con 3 japoneses, que como todos los japoneses eran horteras de narices.
Nos ha tocado el canoista más inexperto de todos, seguramente aun lleva la "L", y hemos medio encallado hasta en 3 ocasiones. Vamos que ha limpiado los bajos de la canoa para todo el año.
La canoa no es que diera mucha seguridad, la verdad. Íbamos a ras del agua, que en ocasiones se colaba dentro de la canoa, y balanceándose continuamente de lado a lado. Me he visto en medio del río nadando y con la cámara de fotos jodida, en varias ocasiones.
Encima no sé por dónde entraba agua, que me ha dejado el culo empapado. Menos mal que Buddha, ha estado listo, y con media botella de agua mineral y con mucho disimulo iba achichándola.
Parecía Ronaldinho, miraba para la izquierda y tiraba el agua por la derecha. Nos iba avisando, !mira ese pájaro de la derecha¡ y !zas¡ el agua por la izquierda...no sabe nada este Buddha.
Ha sido divertido, hasta que hemos visto un cocodrilo, aquí de divertido ha pasado a ser temerario. Si se llega a acercar a la barca, no tiene que hacer mucho esfuerzo para subirse a ella, porque pese a los intentos de Buddha, la canoa seguía a ras del río.
Aunque para temerario ha sido nuestro paseo por la jungla. Nos hemos adentrado los dos solos en compañía de nuestros dos guías, en la espesa jungla, buscando rinocerontes que fotografiar. Menos mal que nuestros dos guías iban bien armados por si aparece algún animal no invitado a la fiesta... llevaban dos hermosos palos de Bambú. Menos mal que no hemos tenido que ver como se usa un palo de bambú ante el ataque de un tigre.
El paseo ha sido muy agradable, nunca antes habíamos estado en una jungla. Aunque de animales
nada de nada, solamente un par de nidos de termitas. No tengo claro si el no ver animales ha sido buena o mala suerte.Tras este agradable paseo, hemos ido al río a ver como bañan a los elefantes, y a bañarnos nosotros con ellos. Ha sido divertido, aunque una girada. Nos hemos estado subiendo en los elefantes mientras los bañaban y ellos nos echaban agua con la trompa o se dejaban caer en el río hasta que nos caíamos de sus lomos. La verdad que como experiencia ha sido única.
Después de emular a Tarzan, o a chita no lo tengo claro, nos hemos ido a comer y a descansar, que el riesgo cansa mucho.
Ya con las pilas recargadas, y después de llamar a casa y mirar los correos en un ciber, nos hemos ido a montar en elefante por la jungla. Hemos estado paseando por el interior de la jungla en busca de animales salvajes que poder fotografiar. Ahora sí que hemos visto distintos animales, como ciervos, monos, castores o rinocerontes. Esto ha sido lo mejor de la tarde. Poder estar tan cerca de dos rinocerontes salvajes y en libertad, son enormes.
La aventura ha sido algo que seguramente no repetiré, ha sido muy agradable, aunque me parece que un poco peligroso, porque caminando en elefante por medo de la jungla, a más de 5 metros de altura...hace que seas un blanco fácil para tanta rama kamikaze que no dejan de golpearte en la cara. Por suerte hemos terminado la excursión con los dos ojos en la cara, pero bastante magullados. Aunque solamente por sacar fotos a un rinoceronte tan cerca merece la pena el sacrificio.
Ahora toca una ducha a fondo, para quitarnos todas las telarañas que llevamos en la cabeza, para posteriormente ir a cenar una típica cena nepalí tomando un delicioso Dal Bhat, que ha servido para despedir el día. Mañana volvemos a Katmandú, aunque antes, a las 6 de la mañana, hemos quedado con Buddha para dar una vuelta por los límites de la jungla viendo las aves del parque.
Hoy hemos llegado al ecuador de nuestras vacaciones, y nos lo estamos pasando en grande, ¡esto marcha!
