Nuestro viaje a Nepal, nuestra primera experiencia en Asia, está muy lejos de ser lo idílico que podría parecer.

Deberíamos haber salido desde Bilbao el 8 de Mayo, pero gracias al volcán islandés Eyjafjalla se han cerrado todos los aeropuertos del norte de España, Bilbao incluido. Así que nos hemos quedado en tierra. Solamente nos ofrecen dos alternativas, cambiar los billetes para mañana sin asegurarnos que se pueda volar, o devolvernos el importe de los billetes. Finalmente decidimos solicitar la devolución del dinero, ya que no se garantiza que mañana se pueda volar.
Después de mirar por internet, a prisa y corriendo, conseguimos dos billetes con destino Londres y salida desde Biarritz. Bueno parece que aunque un día más tarde pero podremos iniciar nuestras vacaciones.

Al llegar a casa y mirar las previsiones de la nube volcánica, comprobamos que muy posiblemente el aeropuerto de Biarritz se vea afectado al día siguiente por la nube, y avisan que es probable que se cancelen los vuelos. Venga, otra vez a empezar. Ya que la idea de quedarnos sin visitar Nepal no nos agrada demasiado compramos dos billetes para volar a Londres al día siguiente, desde Madrid. La broma del volcán nos va a costar 490 euros más de lo previsto para el viaje, pero por otro lado sí no llegamos a Londres perderemos los otros vuelos y suponen bastante más de 500 euros, pero por lo menos iniciaremos las vacaciones que llevamos preparando tanto tiempo. Pero para llegar a Madrid, nos tuvimos que meter 6 horas de autobús, es decir toda la noche viajando hasta la capital. A las 10 de la mañana ya estamos volando hacía Londres, eso sí con un día de retraso.

Nuestro vuelo hacia Barheim, próxima escala, sale a las 20:25 por lo que disponemos de unas cuantas horas para visitar Londres. La idea de pasar tantas horas encerrados en el aeropuerto no es muy atrayente la verdad.
Al aterrizar, lo primero que hacemos es dejar las mochilas en consigna y comer un poco. Los de la consigna se han pasado un pueblo con los precios, 9 libras por mochila, ¿estos no se han enterado que estamos en crisis o que?

Tras una eterna hora dentro del metro, llegamos a la City. Tampoco es que tengamos excesivo tiempo para estar por Londres, pero el suficiente para poder visitar y fotografiar el Parlamento, el Big Ben, Westminster, la torre de Londres y el tower Bridge. Para poder ver todo esto tuvimos que ir un poco acelerados pero fue una mañana agradable, la pena es que el clima no acompaño la jornada.

Otra hora de metro y de vuelta al aeropuerto. Por fin salimos hacia Nepal...aunque primero haremos escala en Barheim, esto se nos va a hacer largo. El aeropuerto de Barheim no tiene mucho que ver a los aeropuertos de Europa, está lleno de jeques, tiendas donde se venden perfumes caros y relojes más caros aun. Pero para caros el lexus y el porche que venden. Después de mucho pensar decidimos no comprar ninguno de los dos coches. Un problema llevarlos en la mochila, que la tenemos a reventar.

Todavía nos quedan 6 horas hasta nuestro destino final, Katmandú. Este vuelo, será para recordar durante toda la vida. Nunca había visto algo similar en un avión y no creo que sea capaz de explicarlo con palabras. Ha sido alucinante. Nos tocó volar con un grupo de Balineses que tenía toda la pinta de no haber volado nunca antes. Estuvieron las seis horas que dura el viaje tocando el botón de aviso a la azafata, además de las narices al resto del pasaje, hasta el punto que llegaron a pasar de ellos por completo. No había posibilidad de ir al baño ya que continuamente estaba lleno, y lo peor es que ninguno de ellos encontró la cadena...casi se desborda la taza, ¡que asco! Pero lo mejor vino cuando nos disponíamos a aterrizar y se encendieron las luces para abrocharse el cinturón, en ese momento 20 balineses se levantan al baño y se ponen a hacer cola. Las azafatas, muy mosqueadas, les mandan sentarse y cierran los baños con llave, pero de repente al pasar por unas montañas varios de ellos se levantan a mirar por las ventanas. Aunque lo más alucinante fue cuando en pleno aterrizaje, uno de ellos se levanta de su asiento y se pone a coger la maleta, PA VERNOS MATAO.

Por fin estamos en Nepal. A la salida del aeropuerto nos está esperando el que desde hoy y hasta el final de nuestro viaje será nuestro guía, Shishir Dhakar, un tipo muy agradable y simpático aunque parece algo tímido, el será el encargado de llevarnos hasta el hotel, situado en una calle de Thamel.

Nuestra primera impresión de Katmandú ha sido la de una ciudad caótica y muy desordenada, con un tráfico que nunca antes había visto. Nos a parecido una ciudad sucia, difícil moverse por ella. Pero pese a que no estábamos del todo equivocados, posteriormente hemos comprobado que no era tanto como nos había parecido.

Nuestro primer quehacer en la ciudad era cambiar los euros que habíamos llevado por rupias nepalís, algo que pudimos hacer en una oficina de cambio, situada en Thamel, debajo de la oficina de Shishir. Una vez realizado el primer trámite y ya en la oficina de Shishir, confirmamos el itinerario, he hicimos los pagos correspondientes a sus servicios.

Al final, con tanto trajín nos ha dado la hora de cenar. Hemos ido con Shishir a un restaurante de comida típica nepalí, con música tradicional en vivo y baile. Está sera nuestra primera experiencia con la comida nepali, ¡y es positiva!.
Después de disfrutar tranquilamente de la cena, la música y charlar un rato con Shishir, de vuelta al hotel, sobre las 9 de la noche, la ciudad parece bastante más tranquila. El día ha sido largo, de hecho ha sido el viaje más largo de la historia del turismo mundial, empezando el día 8 y acabando el día 10.
Mañana nos esperan 5 horas de coche hasta Pokhara, así que damos por concluido el primero de nuestros días en Nepal.

Hoy no hemos quedado demasiado pronto con Shishir, pasará a buscarnos sobre las 8, así podremos descansar un poco. Sobre las 7 de la mañana decidimos bajar al desayuno. Grave error, los nepalíes tienen un ritmo diferente al nuestro, digamos que más caribeño, y tardan bastante en servirte. Lo bueno de esto es que te hacen la comida en el mismo momento. A las 7.45 aparecía nuestro desayuno en la mesa, con lo que nos han obligado a comer a toda velocidad para no llegar tarde a nuestra cita. Es increíble, han sido capaces de freír los huevos por los dos lados sin romper las yemas. Hoy Shishir nos demostrará que los nepalíes tienen puntualidad inglesa, cinco minutos antes de la hora a la que habíamos quedado él y el conductor encargado de llevarnos a Pokhara, ya estaban listos.

Toda la mañana de hoy la utilizaremos para desplazarnos hasta Pokhara, ciudad desde donde comenzaremos el trekking, y que está a 5 horas de Katmandú. En Nepal es mejor medir las distancias en tiempo, 100 km te puede costar recorre un par de horas tranquilamente, y de echo ellos así lo hacen.

Durante el trayecto a Pokhara, me di cuenta que estas vacaciones iban a ser de riesgo. ¡Que forma de conducir! Es increíble pensar que por una carretera de "dos carriles" y mal asfaltada, puedan circular en paralelo un coche, un camión, una moto, y un nepalí que intenta que intenta cruzar la carretera sin mirar a los lados, y todos consigan proseguir su camino sin percance alguno. Menos mal que nosotros llevábamos de conductor al Carlos Sainz nepalí, capaz de conducir, hablar por teléfono y con el guía sin mirar la carretera. Un crack de conductor, y todo esto sin dejar de coger ni un solo bache de los 600 que había en el trayecto. Así que para no sufrir demasiado, y viendo que iba a ser así todo el viaje, decidimos dormirnos, ojos que no ven...
Nos despertamos a medio camino entre Katmandú y Pokhara para hacer una pequeña parada técnica. Shishir y el conductor aprovechan para comer y nosotros para tomar algo frío, hace más calor que en el infierno. Mientras ellos comen, nosotros aprovechamos para estirar un poco las piernas dando una vuelta por el mercado del pueblo. No duró mucho la parada, los nepalíes comen muy rápido, y apenas hablan durante la comida, todo lo contrario que los españoles.

A la hora de la comida, por fin, llegamos a Pokhara. Tras dejar las mochilas en la habitación del hotel y asearnos un poco, nos vamos a buscar un sitio para comer. No buscamos demasiado, teniendo en cuenta que para ellos ya era un poco tarde, y nos metimos en uno de los primeros restaurantes que vimos, era una especie de italiano. Yo, para empezar a entender la cultura nepalí pido un menú nepalí, que te sirven en una bandeja de latón. El menú consiste en arroz hervido en el centro en mucha cantidad, y a los lados del mismo te sirven espinacas, pollo y sopa de lentejas. De postre yogur natural un tanto ácido. Estaba buenísimo, no muy especiado y picante lo justo, pero es un montón de cantidad. Nerea se conforma con una pizza. La comida la acompañamos con una inmensa cerveza local, Everest, no podría llamarse de otra forma. Igual que nos ha ocurrido esta mañana, han tardado muchísimo en servirnos. Que te hagan la comida en el momento es una ventaja en cuanto a la calidad de la misma, pero es un poco desesperante, casi me he terminado la cerveza y es un botellín de 60 cl, pero está claro que va a ser así de aquí en adelante.

Nosotros damos una vuelta por la calle principal, Lakeside como he dicho, la parte más turística de Pokhara. Esta calle está llena de tiendas de artículos de montaña, música, souvenirs, cibers, restaurantes y tiendas de libros. El calor aprieta con fuerza, así que decidimos tomarnos una cerveza con Shishir en un local muy agradable, y que más tarde descubriríamos que también dan muy buenas cenas, está recomendado en la guía. Nos sentamos en la terraza y pedimos dos Everest (la cerveza preferida de Shishir) y un zumo, y nos invitan a dos porciones de pizza. Después de la comilona que me he pegado, ¿quien puede comerse ahora un trozo de pizza?A las 5 de la tarde, habíamos quedado con nuestro guía para recorrer la ciudad. Pokhara tiene una situación privilegiada sobre el resto de las ciudades de Nepal, está a los pies del macizo del Annapurna. Esta ciudad es la puerta de entrada al famoso circuito del Annpurna, y a un montón de circuitos de menor duración, desde aquí parten casi todas las expediciones al Annapurna. Si a esto le añadimos una fantástica oferta de deportes de aventuras, no hay duda que Pokhara se ha convertido en la primera ciudad turística de Nepal. Aunque en realidad es la segunda ciudad más importante del país por detrás de la capital. En realidad hay dos Pokharas. Primero está Lakeside, junto a la aguas del espectacular lago Phewa Tal. Turística sin ningún reparo, ha sido siempre un refugio para los viajeros, ya sea de regreso de una ruta de senderismo o de un arriesgado viaje en autobús desde Katmandú. Un lugar perfecto para descansar, con un montón de animados bares, restaurantes, tiendas y cibercafés. Luego está la otra Pokhara, la antigua, donde se descubre como era la vida antes. Con rincones de magnifica arquitectura newar y una animada vitalidad, pero esta parte muy pocos la visitan.

Tenemos una charla muy agradable e interesante con Shishir. Nos ha ido poniendo al corriente de la situación política del país, por cierto muy convulsa en la actualidad, de su cultura y religión y de su modo de vida. Ha sido una introducción a otras charlas que iremos teniendo a lo largo del viaje. También nos explica el plan del trekking, hablamos sobre que haremos y que nos vamos a encontrar durante el mismo. Posiblemente, el trekking sea lo que más ilusión me hace de este viaje, poder estar a los pies del famoso annapurna...uff que escalofrío.

Hemos podido comprobar que los nepalíes son gente muy amable y amistosa, o por lo menos con los que hasta ahora hemos tratado nosotros, tanto en el hotel, como en el bar, como Shishir mismo.

A última hora de la tarde, nos despedimos de Shishir que se marcha a cenar con su familia, que ha venido desde Katmandú para visitarle y conocer Pokhara. Nosotros, nos vamos a comprar un par de bastones para el trekking, ya que no los hemos querido traer desde Pamplona. Nos hemos recorrido unas cuantas tiendas, y en casi todas tienen los mismos bastones y a los mismos precios, así que tras regatear un poco en una de ellas, hemos comprado dos por 9 euros. Que mal se me da regatear, han empezado pidiéndome 11. No serán muy buenos, pero espero que nos duren los 6 días que durará el trekking.

Después del duro regateo, que me ha dejado exhausto, nos vamos a cenar, que ya se ha echado la noche. Nos hemos metido en un local precioso, y con unas pintas de caro que da miedo. Por supuesto, cenamos en la terraza, hace demasiado calor como para cenar dentro. Cenamos una de las especialidades nepalíes, momos (son una especie de raviolis pero mucho más grandes rellenos de verduras o de carne) y unos aros de cebolla cocinados de una manera muy diferente a la española, aquí llevan además del rebozado, cebolla. Estos dos platos los acompañamos de un menú nepalí, consistente en sopa de lentejas, verduras a la plancha, pescado del lago de Pokhara, y arroz. Y de postre un yogur. Todo esto regado con agua y una magnífica Everest. Estaba todo riquísimo, aunque casi me da un infarto de tanto comer...que locura, en Nepal las raciones son enormes.

El restaurante está genial para descansar y los camareros han sido muy atentos.
Lentos, como en todos los sitios pero muy agradables en el traro. Pero a la hora de la cuenta...nos hemos quedado helados. 1030!!! Un escándalo. uff, menos mal que eran rupias y no euros. Nos hemos puesto morados de cenar en un sitio estupendo y solo hemos pagado 10 euros. Pero cuando voy a sacar el dinero para pagar, ha venido nuestra sorpresa. No llevo suficiente dinero, para pagar. Que vergüenza, y ¿ahora que? Menos mal que había un cajero cerca, y he podido sacar dinero sin problema. Aquí en Nepal, llevas un montón de billetes encima y apenas llevas dinero, espero acostumbrarme pronto a eso. lo curioso es que el camarero ni siquiera se ha molestado por el incidente, increíble.

Con esta desagradable anécdota damos por concluido el día. Mañana comenzamos con el trekking, y tenemos que preparar todavía la mochila.

Hoy toca empezar pronto el día, y para las 6 de la mañana ya estamos desayunando. Hemos desayunado como dos verdaderos montañeros, que pena que solo seamos aficionados.
Dos huevos fritos, por ambos lados como es costumbre aquí, café con leche, cereales, y dos tostadas con mermelada y mantequilla, es lo que yo he pedido. Nerea se ha conformado con un cola cao y dos tostadas.

Con puntualidad británica aparece Shishir con nuestro porteador, de casta sherpa, llamado Bishnu Gurung.
Un muchacho muy tímido, pero ciertamente muy atento con nosotros, y el chofer encargado de secarnos hasta la última gota de adrenalina por esas carreteras de dios. Nos espera una hora de coche antes de comenzar el trekking.

Pero cuando veo el coche casi me caigo de espaldas. ¿En este juguete pretende llevarnos?
Pero si somos 5 adultos, 3 mochilas de 60 litros, y otras dos de 30. Pero si no cabe todo, ¡que es un Hyundai Getz!

Nunca subestimes un Hyundai. No solo nos llevo sin problema a nosotros y nuestro equipaje, sino que adelantó como un fórmula 1, derrapando en las curvas como si fuese Kimi Räikkönen y se metió por caminos por los que no se mete ni el mejor de los 4x4. Increíble.

Al final llegamos a nuestro punto de partida, Nayapul. Este pequeño pueblo situado a 1070 mt de altitud. Desde Nayapul parten gran parte de las expediciones al área del Annapurna.
Desde aquí comenzaremos nuestro trekking de cinco días por el Annapurna Range. La etapa de hoy no es excesivamente dura, sí que es larga, aproximadamente 5 horas, pero la inclinación no la hace difícil. Lo primero que tenemos que hacer es sellar nuestro permiso para comenzar el trekking. Este permiso lo sacamos en Pokhara ayer mismo. Todo el que tenga previsto adentrarse en alguna parte de la zona del Annapurna necesitará un permiso del Annapurna Conservation Area Project (ACAP), que más o menos cuesta 20 euros, igualmente necesitará el Trekkers Informatión Management System (TIMS) una especie de impuesto que cuesta 10 dolares que deben pagar los montañeros independientes. El ACAP realiza controles en el interior de la reserva.
Y ahora sí, con todo en regla comenzamos con nuestra aventura pedestre.

Es difícil relatar un día de trekking, porque por suerte no pasan excesivas cosas que relatar. Pero puedo deciros que lo que vimos y sobre todo lo que sentimos, allí solos en el monte, solo tiene una forma de explicarse ¡ANNAPURNA! Estoy haciendo un trekking en el Annapurna.

Los parajes que se van abriendo a nuestro paso son espectaculares, arrozales por todos los lados, todo el monte verde, puentes de vértigo, y pueblos de postales, y el rio Bhurungdi Kola. No me extraña que no pare de sacar fotos y de filmar. Es imposible parar de hacerlo con estos paisajes.

A media tarde llegamos a nuestro alojamiento. Un Guesthouse perdido en mitad de la montaña. Un sitio tranquilo sin muchas comodidades, pero con una buena cocina, situado en el pueblo de Tikhedhunga a 1540 mt de altitud. Poco a poco empezamos a ganar altura.

Como hemos llegado acalorados, hoy ha hecho mucho calor, nos hemos ido a dar un chapuzón al río. Hemos encontrado una poza pequeñita, con una cascada de película, un lugar inmejorable para descansar. A nuestra vuelta al guesthouse nos hemos dado cuenta que hemos hecho mal las mochilas. Hemos repartido el equipaje en dos partes, y lo que no necesitábamos para el trekking lo hemos dejado en el hotel de Pokhara y nos hemos dejado lo más importante, ¡EL DINERO!. Hemos traído las tarjetas de crédito al monte, algunos euros y alguna libra y nos hemos dejado las rupias, que cabeza.
Solamente disponemos de 12 euros para 5 días. Y teniendo en cuenta que estamos gastando 4 euros diarios en bebidas, a mi no me salen las cuentas, o dejamos de beber o tenemos que buscar una solución. Menos mal que Shishir se ha ofrecido a prestarnos el dinero que necesitemos.

Después de pasar un rato charlando con Shishir y tomándonos unas everest, decidimos cenar, ya empezamos a tener hambre, son las 6 de la tarde y hemos comido pronto. A las 7 de la tarde, nos llega el pan tibetano, la tortilla, la sopa Mixell y unas patatas cocinadas a modo de tortilla. Y de postre un pudding de chocolate. Estaba todo buenísimo, pero el pudding ha sido espectacular.

Al término de la cena, hemos compartido otro agradable rato de charla, esta vez se ha sumado Bishnu, nuestro porteador. Casi toda la charla ha sido para hablar de fútbol. Aquí son seguidores de la Premier league, que la conocen muy bien, aunque no ocurre lo mismo con nuestra liga.

Enseguida nos retiramos a la habitación, ellos tienen que cenar todavía, y nosotros estamos cansados, además yo tengo que escribir el blog. El día ha sido muy agradable. Esto del trekking promete mucho.






El día de hoy es el más largo de todo el trekking, tenemos 7 horas de caminata por delante, así que para evitar el calor hemos madrugado bastante. Lo primero del día es tomar un potente desayuno, la montaña desgasta mucho. Aunque desde que he venido a Nepal todos los días estoy desayunando como si fuese a escalar el everest...
El desayuno consiste en 2 huevos fritos por ambos lados, 2 tostadas, mantequilla y café para mí, y para Nerea solamente 2 tostadas con mantequilla y un cola cao.

Después de dar buena cuenta de nuestro desayuno iniciamos nuestra marcha con Shishir a la cabeza y Bishnuu cerrando el grupo, como suele ser costumbre, uno para guiarnos y el otro para que no nos perdamos.

Hoy todo el día es subiendo. O como dice Shishir,
up up. Se nos ha hecho un poco paliza el recorrido, la pendiente era algo mayor. Hemos comenzado el día en los 1540 mt y lo terminamos en los 2874 mt. Además prácticamente el camino entero eran escaleras lo que aun cansa más. Además los escalones son todos diferentes no hay dos iguales. Hemos utilizado la ruta que usan los habitantes de los pueblos de la montaña para desplazarse de un lugar a otro de la misma.

Durante el trekking hemos podido comprobar como es la vida rural en Nepal y como son los pueblos y hemos disfrutado de la hospitalidad de las montañas y de sus gentes.

La comida de hoy ha sido más ansiada que nunca, 4 horas subiendo escaleras desgasta mucho, y necesitábamos un pequeño descanso. Con la escusa del desgaste físico, aunque yo nunca necesito una escusa para comer, me he puesto morado. Me he metido entre pecho y espalda un plato de pasta con vegetales y queso que perfectamente podía ser para dos personas, y luego de segundo plato nada menos que 10 momos (mog mog) vegetales. Los momos son una especie de bolas de pasta o masa cocida y rellenos con diferentes ingredientes como carne picada o vegetales. Casi reviento, y la culpa la ha tenido Shishir que me ha dicho antes de pedir que no era mucha comida...ahora, que rico estaba un rato. Nerea ha sido más prudente, un plato de arroz frito con vegetales y un pudding de chocolate ha sido toda su comida.

Después de haber repuesto bien las fuerzas, proseguimos nuestro camino de ascensión de escaleras. Creo que para esta hora ya hemos subido cerca de un millón de ellas. A primera hora de la tarde llegamos a Ghorepani, uno de los pueblos más grande e importante de las montañas.

Lo primero que hemos hecho ha sido alojarnos en nuestro guesthouse. Las habitaciones eran una especie de bungalós con un edificio central a modo de restaurante - salón con una gran chimenea en el centro, que hemos usado para secar la ropa que antes habíamos lavado.

Tras dejar las mochilas, ducharnos y cambiarnos de ropa, damos una vuelta tranquilamente por el pueblo. Las vistas que tiene este pueblo son estupendas, e imposibles de describir. Enfrente nuestra tenemos el Dhaulagiri, una enorme
montaña de 8172 mt que parece que la puedas tocar con la mano. También se puede ver el Machapuchare, Annapurna south y varios montes más que impresionan mucho.

Tras la pequeña vuelta al pueblo, y teniendo en cuenta que empieza a hacer frío, nos vamos al salón donde alrededor de la estufa nos juntamos con Shishir y pasamos el rato charlando con él y escuchando algo de música. Shishir es un cachondo, habla cuatro palabras en español y nos hemos estado riendo con su pronunciación. Claro que la mía en inglés no es para menos. Entre risas y risas nos hemos trincado un par de everest, la cerveza favorita de él.

Mientras estábamos disfrutando de este momento de relax, han entrado dos muchachos al salón hablando en castellano. Uno de ellos era de Barcelona, el otro de Vitoria. Se han incorporado a nuestra charla. Ha sido agradable, poder compartir la experiencia del viaje en una lengua que sí domino y entiendo.

La cena de hoy ha sido espectacular. Me he comido un chuletón de búfalo, con verduras, al grill que te sirven con una salsa marrón, buenísima, que no sé exactamente que lleva.
El chuletón te lo sirven en una tabla de madera y te lo sirven en la mesa en llamas. Muy recomendable.
Nerea se ha conformado con una tortilla y pan tibetano.

Al terminar la cena, hemos pasado el rato repasando la ruta de mañana y hablando un rato, tenía que reposar el chuletón. Con esto damos por concluido este agotador segundo día.

La noche de hoy ha sido muy fría, pero también muy corta. No hemos tenido tiempo de descansar después de la paliza del día de ayer y sobre las 4 de la mañana nos hemos puesto en marcha sin tiempo de desayunar. Queremos llegar antes de que amanezca a Poon Hill para poder ver desde allí el amanecer. Cuando lleguemos a Poon Hill estaremos a 3210 mt de altitud.

La subida a Poon Hill ha durado unos 50 minutos, de normal no sería excesivamente dura, pero a estas horas y sin desayunar se nos ha hecho un pelín dura. Desde este famoso enclave las vistas son maravillosas. A nuestra izquierda tenemos el Dhaulagiri, y en frente el Annapurna South y Annpurna I. Vemos el amanecer, es fantástico, creo que este es el mejor lugar donde se podría ver un amanecer, sin duda.

Tras una larga sesión fotográfica, y después de ver amanecer, volvemos a bajar al guesthouse para desayunar. Al término del desayuno nos ponemos en marcha. La ruta hoy no es excesivamente dura, pero sí que es larga, unas 6 horas. Tenemos una primera parte de ascensión donde llegaremos a alcanzar los 3241 mt de altitud. Desde aquí hasta Tadapani será todo bajada hasta llegar a los 2590 mt.

A media mañana nos ha empezado a llover, y nos ha complicado un poco el tema. Hemos tenido que parar en un pueblo pequeñito, que ni siquiera aparece en el mapa que llevamos. Aquí hemos aprovechado para tomarnos un nepali tea (té cocido en leche directamente en lugar de agua) calentito, y para poner las fundas a las mochilas. Desde aquí hasta llegar a Tadapani a chispeado un poco, apenas para humedecernos el pelo, pero ha sido llegar a Tadapani y empezar a llover como si no costase el agua, madre mía que tormentón. Ha estado lloviendo 3 horas sin parar, que nosotros hemos aprovechado para echar una reparadora siesta, se empiezan a notar los kilómetros en las piernas.

Pero después de toda tormenta llega la calma, y hemos podido disfrutar de una espectacular puesta de sol, con unas vistas envidiables. Desde el comedor del guesthouse tenemos unas vistas de lujo.
El guesthouse de hoy es el más justo de todos en los que hemos estado hasta ahora, e imagino que de los que estaremos. La habitación es muy húmeda y hace mucho frío, así que la noche me temo que se nos hará larga. Yo por si acaso me he "robado" una manta de otra habitación, mañana la devolveré.

En Tadapani hemos coincidido otra vez con los muchachos de Barcelona y Vitoria. Mañana ellos se separan, uno se va al santuario del Annapurna y el otro se marcha a Pokhara, pero hará un recorrido distinto al nuestro.

Debido a la lluvia hemos estado prácticamente toda la tarde en el salón del guesthouse hablando
con Shishir y con otros dos guías nepalíes, de Bishnu no hemos sabido nada en toda la tarde, ¿donde se habrá metido? Hemos pasado un rato muy agradable con ellos. También he aprovechado un rato para escribir el blog. Mientras lo hacía, he disfrutado de un Mustang coffe muy caliente. Shishir se ha sorprendido mucho cuando le he dicho lo que había pedido, y se ha empezado a reír de una manera muy picarona. ¿Que me traerán?
El mustang coffe es una mezcla de carajillo. Es café con un licor de muy alta graduación. Estaba muy bueno...que rápido he entrado en calor.

Después de cenar planificamos la ruta de mañana, seguramente la hagamos algo más larga de lo que teníamos planeado en un principio. De momento mi intención es levantarme antes de las 6 para poder ver amanecer y sacar algunas fotos. Todavía no llevo muchas fotos, unas 460 aproximadamente además de los 50 minutos de vídeo.

hoy el día ha sido mucho más llevadero, pese a que se empieza a notar la acumulación de los días, y han aparecido pequeñas sobrecargas, pero lo estamos llevando bien.
Nuevamente, hoy la noche ha sido fría, pero como ayer me agencié una manta la hemos pasado algo mejor que la anterior. Como era mi intención me he levantado a las 5.30 de la mañana para ver el amanecer, a los pies del Annapurna. Ha sido tan impresionante como ayer, muy bonito.

Hoy el trekking discurre entre la jungla, y cuesta abajo, o como dice Shishir, down, down...por tanto ha sido más llevadero, aunque las rodillas nos han sufrido más que los días anteriores. Nos ha ayudado también a cansarnos menos, que hoy no ha hecho excesivo calor, ha estado perfecto el día para andar.

Hoy hemos sido uno más en la expedición. Desde que hemos salido de Tadapani hasta que hemos llegado a Ghandruk no ha acompañado un perro. Ha ido todo el rato a nuestro lado. Al llegar al pueblo ha desaparecido, supongo que habrá vuelto a Tadapani.
Solamente hemos tardado 3 horas en hacer el recorrido, algo a lo que no estamos acostumbrados últimamente, la verdad, esto empieza a estar chupado.

Nuevamente hoy, las vistas que hemos tenido de los montes más altos de este lugar han sido impresionantes, me he hartado de sacar fotos y de grabar en vídeo, me voy a volver loco cuando llegue a casa y tenga que preparar la presentación de fotos.

Por fin nos hemos podido dar una buena ducha, hasta ahora nos estábamos lavando como los gatos, pero hoy hemos disfrutado de una reparadora ducha con agua caliente, la habitación tenía baño propio y eso es todo un lujo en las montañas. Pero no solo tenía baño la habitación sino que además tiene unas vistas increíbles hacia las montañas, podemos ver perfectamente las cumbres nevadas.

Parte de la tarde la hemos empleado en dar una vuelta por Ghandruk acompañados de Shishir. Es un pueblo importante en las montañas, bastante desarrollado, incluso tiene un pequeño museo sobre las costumbres populares. Por 1 solo euro hemos comprado dos entradas y nos han dado a probar el licor típico de la zona. Una especie de agua ardiente muy fuerte, pero con muy buen sabor.
También hemos podido ver el templo budista, pero solamente por fuera puesto que estaba cerrado. Es el primer templo que vemos desde que hemos llegado a Nepal.
El paseo alrededor del pueblo ha durado unas dos horas, lo que deja claro del tamaño del pueblo situado a 1940 mt de altitud, que no llega a los 5 mil habitantes.

Al llegar al guesthouse, nos hemos quedado en una mesa de la terraza, con Shishir y Bishnu tomándonos unas everest y comiendo un plato de patatas fritas, que por cierto estaban riquísimas. Hemos pasado un rato muy agradable, el único en el que Bishnu se ha dejado invitar, es muy escurridizo. Hemos estado hablando del tema preferido de Bishnu, el fútbol inglés. Es increíble como conocen esa liga.

Después de esto, nos hemos ido a cenar al restaurante del guesthouse, aunque aún hemos tenido tiempo de reírnos un poco más. Nerea ha hecho un truco de magia con las cartas, primero a Bishnu y después a Shishir y ha sido muy gracioso ver como lo intentaba hacer Shishir, que lo ha pillado a la primera. Incluso se nos ha unido algún guía más y algún que otro excursionista. Ha sido un buen rato mientras esperábamos la cena.

Con una buena cena, donde como siempre me he puesto morado, damos por cerrado este día. Necesitamos descansar ya que los kilómetros se acumulan.

Como viene siendo costumbre desde que estamos haciendo el trekking, me he levantado pronto para ver el amanecer, que aquí tiene algo especial.

Tras tomar un potente desayuno, casi me sirven un kilo de muesli, nos hemos puesto en marcha hacia Pokhara. Hoy descenderemos hasta los 1070 mt. Hoy quizás haya sido la parte que menos me ha gustado del trekking. La primera hora y media del día ha estado bien, viendo la vida rural, pero la hora y media final no tiene mucho que ver, no ha sido nada especial ver como sacan piedras del río, pero lo importante es que ¡lo hemos conseguido! hemos podido con 5 días de trekking. Pero antes de llegar a Pokhara teníamos por delante una hora de actividad de mucho riesgo, teníamos que volver en taxi hasta Pokhara. Y en Nepal montarte en coche está declarado como peligro público.

Finalmente, sanos y salvos llegamos a Pokhara, ahora toca despedirse en el hotel de Bishnu. Al final hemos conseguido hacer buena relación con el, ha sido un gran compañero de fatigas. Seguramente no volvamos a verle más. Con un sincero apretón de manos y una tímida sonrisa se despide de nosotros, todavía le quedan 7 horas de autobús hasta Katmandú. Bishnu, strongman, buena suerte chaval.

Los tres que nos hemos quedado en Pokhara, Shishir, Nerea y yo, vamos a reponer fuerzas que ya lo voy necesitando. Como Shishir no quería elegir local tomo yo la iniciativa, y nos metemos en uno con pinta de carillo. Yo, antes de que nadie se dé cuenta me como un menú tibetano consistente en una muy buena cantidad de arroz, sopa de lentejas, espinacas, pepino y zanahoria, carne, y yogur. Estaba delicioso, no he dejado nada más que el plato. Creo que en estas vacaciones me voy a poner como una albondiguilla. Nerea se conforma con un plato de arroz frito con verduras. Shishir con un filete acompañado por arroz, verduras y patatas se ha conformado.

Después de comer, he decidido acudir a una barbería para darme un apurado afeitado nepalí. Al regresar
del trekking, ando con unas barbas como las de Yeti. Ha sido toda una experiencia. Por solamente un euro y medio me han realizado un afeitado de precisión y me han refrescado la cara con un bálsamo de piedra de alumbre, y de regalo un masaje en la cabeza. Lo que decía, toda una experiencia, que no muchos viajeros viven.

Por la tarde hemos alquilado una barca para ir hasta el templo hindú de Varahi mandir situado en el centro del lago Phewa tal. Este templo construido en forma de pagoda, es el más famoso de Pokhara, y está dedicado al Vishnú en su encarnación de jabalí.

A la vuelta a la ciudad, Shishir se ha puesto a remar, le hemos estado vacilando un rato. Justo cuando hemos terminado con la barca se ha puesto a llover, por lo que hemos decidido tomar una cerveza en una terraza, como siempre unas everest.
Menos mal que hemos decidido entrar y no continuar, porque en menos de 5 minutos ha caído una buena granizada durante más de 10 minutos, que ha hecho que se inunden todas las calles. Los granizos eran casi como un huevo. Ha sido impresionante, y nosotros con la ropa tendida en el hotel.

Nada más terminar la tormenta, Shishir se ha marchado al hotel y nosotros hemos aprovechado para llamar a casa. No merece la pena traerse el móvil. Hay un montón de locutorios desde los que puedes llamar por precios ridículos.

Hemos estado dando un paseo sin prisa alguna por la calle principal de Pokhara, Lakeside, hasta la hora de cenar. Hemos repetido el mismo restaurante que el primer día y de nuevo hemos cenado de maravilla. Todo un acierto este local. Por 9 euros cada uno hemos cenado como reyes.

Con esto damos por concluido el día, mañana hemos quedado con Shishir a las 4.45 de la mañana, y esa hora llega enseguida.


Hoy hemos comenzado el día muy pronto, para las 5 de la mañana ya estamos de camino a la pagoda de la paz, para ver amanecer sobre el lago Phewa Tal con las montañas del Annapurna al fondo. La pagoda fue construida por monjes budistas japoneses, para promover la paz en el mundo, y como podemos observar han fracasado en el intento. La pagoda en la actualidad está habitada por un monje japonés que es el encargado de su cuidado.

El día ha salido un poco nublado, por lo que el espectáculo no ha sido tan majestuoso como esperábamos, pero en cualquier caso ha merecido la pena llegar hasta aquí, aunque para ello hayamos tenido que sufrir a un taxista que se ha empeñado en enseñarnos como su utilitario, un Suzuki es capaz de subir por caminos donde los baches son mayores que su coche.
Lo curioso del caso es que ha conseguido subir con el coche sin perder ninguna pieza, ni ocupante por el camino.

Después de ver el amanecer, hemos desandado lo andado y nos hemos ido al hotel a desayunar. Yo solamente he comido dos huevos fritos con patatas cocidas, salchichas, una tostada y dos tazas de té con leche. Pasando hambre como siempre. Nerea ha sido más moderada, con tres tostadas y un cola cao se ha conformado. Hoy nos ha acompañado Shishir en el desayuno, y también ha sido moderado, dos tostadas y un té ha sido todo su desayuno.

Con el depósito perfectamente lleno de combustible, hemos comenzado nuestro día. Shishir se ha encargado de alquilar un taxi para toda la mañana, con el que recorreremos Pokhara.
En primer lugar hemos visitado la parte más vieja de Pokhara, con sus casas newaris de ladrillo rojo, ornamentadas con ventanas de madera tallada. En esta parte de la ciudad está el templo de Bindhya Basini, que hemos estado visitando. Había mucha gente vestida con trajes típicos, preparando sacrificios de gallinas.

Con posterioridad hemos visitado la garganta del Seti de la que obtienen la electricidad para Pokhara. El río que pasa por Pokhara no es fácil de ver. Ha tallado una garganta muy estrecha y profunda en el centro de la ciudad, cambiando además el color del agua, a un color lechoso. Shishir nos ha comentado antes de llegar que este sitio era muy concurrido por los suicidas. Y parece que hoy era nuestro día de "suerte" porque justo unos minutos antes de llegar nosotros se había lanzado al vacío una persona, y hemos visto como los equipos de emergencia intentaban rescatar el cuerpo.

Alucinados todavía por lo que acabamos de ver, nos vamos a la cascada del diablo, también conocida como Patale Chhango. Esta cascada marca el lugar donde el arroyo Pardi Khola desaparece balo la tierra. Cuando este río lleva todo el caudal en la época del monzón, el ruido del agua es ensordecedor, y es la época donde más destaca esta catarata.

Hemos seguido el curso del río, y hemos ido a ver la cueva donde aparece el río de nuevo, un lugar muy concurrido. No hemos estado mucho rato, ya que el día estaba siendo muy caluroso y abajo en las cuevas la humedad hacía que la sensación de calor se multiplicara. Tienes que bajar un buen número de escaleras, y la gente mayor llegaba muy fatigada.


Antes de seguir con nuestra visita e ir a ver un asentamiento tibetano, hemos decidido descansar un rato tomándonos una coca cola. El calor hoy es insoportable, hace un sol de justicia, y hemos salido de la cueva sudando la gota gorda.
El asentamiento tibetano que hemos visitado se llama Tashi ling, en el viven refugiados tibetanos expulsados de China. Hemos podido ver como tejen las alfombras que posteriormente venden. Esta gente se dedica a comercializar con las alfombras, joyas de plata y artesanía.

Y para terminar la excursión hemos visitado un colegio de lamas a las afueras de Pokhara, un lugar muy tranquilo y colorido, que realmente invitaba a la meditación. No he conseguido saber cómo se llamaba el colegio.

Todo esto es lo que ha dado de si la mañana, no está nada mal. Además la excursión no ha podido ser más personalizada, hemos estado solamente nosotros dos con Shishir, y con el taxista esperándonos todo el rato.

A la hora de comer hemos ido a lakeside a comer a un italiano. Shishir se ha comido una pizza, a la que le ha echado un montón de tabasco. Solo de verlo me estaba picando a mí. Con lo que a mi me gusta el picante, pero tanto...que miedo. Nerea ha pedido unos spaghettis, y le han traído un plato enorme que no se ha podido terminar. Las porciones en nepalís son enorme, aquí te ponen muchísima comida en todos los sitios, algo que a mí me entusiasma. De cada plato pueden comer dos personas tranquilamente. Yo he pedido pescado, del lago de Pokhara, a la plancha, acompañado de ensalada y patatas fritas. Creo que me he comido una carpa, pero el caso es que estaba rico. Para hacer la digestión, tanto Shishir como yo nos hemos tomado un té con leche.

Después de estar un rato charlando, al terminar de comer, hemos decidido ir al hotel a descansar un poco y a ducharnos. Más tarde, sobre las cinco de la tarde, hemos quedado con Shishir para planificar el día de mañana, ya que partimos hacía Chitwan y él no viene con nosotros.
Justo cuando estábamos sentados en el jardín hablando de esto, ha caído la tormenta de rigor. Llevamos tres días que llueve todas las tardes, se nota que la época del monzón está cercana.

Tras definir el plan de mañana, nos vamos a dar un paseo, pero eso sí con los paraguas, porque no deja de llover, de hecho, cada vez llueve más. La tarde se presenta tranquila puesto que ya hemos visto Pokhara, así que la dedicamos a pasear sin otro que hacer. Cuando estábamos en ello, nos hemos encontrado en el centro de la ciudad con Luis, el vitoriano con el que coincidimos dos días en el trekking, pero no solo eso, sino que cuando estábamos hablando con él, nos hemos encontrado también con un tipo de Bilbao, con el que también habíamos coincidido en las montañas. Está claro que el mundo es un pañuelo.
Después de estar charlando un rato con ellos, hemos ido a un ciber, a mandar algún correo, ya que el hotel a la tarde no tenía luz y por tanto no funcionaba el wifi, y por lo que se ve, tampoco va a funcionar por la noche.

Ya, a la hora de cenar, hemos ido a un bar recomendado en la guía, el moondance restaurant. Y la verdad que es para recomendar. Es un sitio muy tranquilo, con música chill out y con sus velas en la mesa, todo muy relajante. Además la comida es muy buena, o al menos lo que nosotros comimos estaba rico. Yo pedí un filete de búfalo acompañado de verduras y patatas, servido en una tabla de madera, que ha hecho de mí el hombre más feliz de Nepal. Nerea por primera vez ha comido algo que no sea pasta o arroz. Se ha pedido un filete de polla con salsa de limón, que no me he resistido a probar.

Con esta cena, y con un rato de charleta hemos dado por finalizada nuestra estancia en las montañas, mañana conoceremos otra parte de Nepal, la jungla.

Hoy ha sido el primer día en estas vacaciones que no hemos tenido que madrugar, y casi lo echo de menos. Hasta las 9 no pasan a recogernos para ir al Parque Nacional de Chitwan, así que hemos decidido tomarnos nuestro tiempo para desayunar con tranquilidad.
La idea, era hacer un desayuno ligerito, ya que no voy a necesitar demasiada energía hoy, así que un zumo dos tazas de milktea, dos huevos duros con salchichas y dos tostadas con mantequilla y mermelada han servido para darme cuenta que soy débil ante la tentación de la comida nepalí.

Aunque si llego a saber de antemano el viaje que nos esperaba desayuno el doble, por si acaso era el último viaje que iba a realizar en esta vida. El trayecto de normal dura 4 horas, pero nuestro chófer ha batido todos los registros del mundo mundial, haciendo este trayecto en 3 horas y media, y eso que hemos realizado una parada técnica para que se compre unas chancletas. Está loco el chofer, Phasan se llama.

Nos ha traído a toda leche, donde ponía que no se podía ir a más de 40 km/h el pasaba a 80. Donde no se podía adelantar, él adelantaba, los stop que los hiciese otro que yo no entiendo inglés. ¡Que viaje!

Hemos venido a Chitwan por una carretera de montaña, muy mal asfaltada, con continuas curvas de más de 90º. Pues, aquí el kolega Phasan, solamente adelanta en las curvas, y cuanto más cerradas y menor visibilidad había, más camiones adelantaba. Ha sido increíble, una experiencia para no olvidar jamás. Ahora sé lo que sienten los copilotos de rallyes, ¡MIEDO!
Yo que no me montó ni en la noria en las barracas, y esto ha sido como ir en el dragón can de Port aventura, pero al doble de su velocidad y de pie. Vamos, que hacer puenting sin cuerda es menos arriesgado.

Pero al final hemos llegado al Parque Nacional de Chitwan. Casi beso el suelo al bajarme del coche, a modo de Papa nepalí. Nos ha recibido Buddha, nuestro guía en Chitwan, con dos vasos de soda, que nos los hemos bebido en un abrir y cerrar de ojos, en este caso de boca. Buddha, es un nepalí muy afable y con pintas de bonachón que nos ha explicado lo que vamos a hacer en los próximos tres días que pasaremos aquí.
Lo primero va a ser comer, que no sé si tendré mucho hambre, ya que después daremos un paseo por el parque.

El parque, patrimonio mundial, es una de las mayores atracciones de Nepal, aunque tampoco es que haya mucha gente. Es una reserva de aproximadamente 932 kilómetros cuadrados de jungla habitado por elefantes, rinocerontes, 450 especies diferentes de aves y algún que otro animal más. El parque se creó en 1973.
El parque dispone de un criadero de elefantes, de donde salen la mayoría de los elefantes para los safaris de Chitwan.

Ya nos habían advertido que en Chitwan hacía mucho calor, pero esto es como estar en un horno, que calor. Menuda humedad.
Para colmo nos ponen para comer una sopa de arroz, y en Nepal, sirven la sopa como debe servirse una buena sopa, ¡hirviendo!
La sopa estaba riquísima, pero que sudada, por cada cucharada de sopa que me llevaba a la boca, perdía dos cucharadas de sudor.

Después de comer nos recoge, Buddha, que durante los tres próximos días nos explicará todo acerca del parque y sus animales. Nos vamos a dar un paseo por una parte de la jungla, la menos peligrosa. Según vamos paseando, Buddha nos explica todo acerca de los animales de este parque, y nos lleva a ver el centro de visitantes, donde hay un montón de fetos y animales disecados.

Después de estar más o menos tres horas recorriendo el parque, y aprendiendo un montón sobre elefantes y todo tipo de pájaros, decidimos tomarnos un descanso, en la terraza de un bar en la misma orilla del rio Rapti Nadi, donde veremos el atardecer más idílico que jamás hayaa visto yo antes. También es verdad, que solamente había visto uno, en el cañón del colorado. La escena ha sido preciosa.

Después de cenar, vamos a ver al centro cultural del pueblo un espectáculo de canciones y danzas tradicionales de los indígenas Theru. Uno de los bailes es muy parecido al makila dantza. No ha sido muy largo el espectáculo pero ha sido interesante mezclarse con la gente del pueblo en el público.

Con esta agradable sobremesa, decidimos retirarnos ya, mañana tenemos que volver a madrugar y tenemos un día bastante ajetreado.

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